Sólo era cuestión de tiempo para que los libros electrónicos tomarán una posición contundente frente al material impreso.
Y así como en el algún momento lo vio la historia con el cambio del papiro y manuscrito a la imprenta, nosotros estamos siendo “privilegiados” al poder ser también testigos de un cambio que se está dando paulatinamente con nuestros formatos de lectura.
Y es que la economía, por la disminución del precio de los dispositivos, la carencia de intermediarios y bajo costo de producción de los libros electrónicos; y el medio ambiente, por la constante concientización de la importancia de preservar nuestros recursos naturales y no talar árboles para la fabricación de papel han ayudado a impulsar estos dispositivos que nos permiten visualizar miles de contenidos en un espacio tan pequeño.
Este caso es el de la Biblioteca del Colegio de Cushing en Massachusetts, quien ha optado por eliminar sus colecciones impresas por 100 Kindles de Amazon.
Para el director de la biblioteca, un factor importante fue el precio, aunque los dispositivos pueden costar 259 dólares, el precio de un libro electrónico contra el de papel es significativamente considerable y en donde Amazon ya anunció que el valor de sus libros electrónicos no estará por encima de los 10 dólares.
Hasta el momento los estudiantes han recibido más que bien el cambio y pasó de ser un sitio tranquilo a uno muy concurrente, gracias al cambio de formato.
Las colecciones fueron donadas a otras instituciones y veremos hasta dónde llega la moda por los nuevos lectores en la biblioteca.
Para los países en vías de desarrollo tomará mucho más tiempo.
Siempre tiene que haber una primera y todo parece indicar que no será la última.
¿Un cambio de este estilo cree que mejoraría la consulta a material académico por parte de los estudiantes?